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Compromiso, modernizar avenida de Burgos

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Miguel Gómez IjalbaNo ha sido sencillo. Las arcas municipales no cuentan con el disponible de legislaturas anteriores -ya no estamos en la época del dinero fácil del PP- y el presupuesto se comprime. Aun así hay actuaciones que es preciso realizar ya; son urgentes y no pueden esperar más. Algunas, simplemente porque son básicas para dar continuidad al desarrollo de la ciudad; otras al tener como objetivo mejorar los accesos y conseguir un Logroño más ágil, dinámico y atractivo, y algunas otras por que permiten garantizar la seguridad de los ciudadanos en sus desplazamientos.

Todos esos motivos pueden aplicarse a la reurbanización de avenida de Burgos. Un proyecto que el Partido Riojano va a acometer ahora -siendo consciente de que las dificultades económicas han provocado su retraso-, pero cumpliendo así el compromiso adquirido al asumir responsabilidades de Gobierno en el Ayuntamiento de Logroño.

Algunos verán oportunismo electoral en el inicio de la obra en estas fechas, pero quienes han seguido la vida municipal en los últimos años saben y son conscientes de que este concejal ha intentado una y mil veces iniciar el desarrollo de este proyecto. Pero a veces la realidad económica pone mil y un inconvenientes. Es cierto que podíamos haber realizado actuaciones ‘parche’, pero creo que los vecinos de la zona merecían una transformación real y definitiva, que convirtiera de una vez avenida de Burgos en una calle de pleno derecho.

Y es que tal y como decía, avenida de Burgos cumple todos los requisitos para precisar de una reforma completa y sin más excusas. Desde hace años, está carretera -convertida en calle por el propio crecimiento de la ciudad- reclamaba mejoras a gritos. Los vecinos que la utilizan en sus desplazamientos a diario saben de qué hablo: baches, socavones, falta de iluminación, tramos sin aceras, ausencia de mobiliario urbano, o intersecciones muy peligrosas entre calles con gran volumen de tráfico. Son sólo algunos de los problemas y carencias que presenta aún hoy. Su estado de abandono y su condición de carretera comarcal -dependiente del Gobierno de La Rioja del Partido Popular- ha rayado en lo delictivo. El PP construyó masivamente zonas residenciales en el entorno pero mantuvo la principal vía de comunicación, es decir, avenida de Burgos, en un olvido absoluto. Está situación no volverá a repetirse mientras el Partido Riojano tenga responsabilidades de gobierno. Con ese objetivo hemos introducido en el Plan General de la ciudad, a través de su revisión, la obligatoriedad de crear los viales de acceso a las nuevas zonas residenciales de forma previa o paralela a la urbanización. No puede ser de otra manera.

Las prioridades del PP eran otras. Creo que nadie se opone a que se realicen mejoras en el centro de la ciudad, pero debe existir un equilibrio en las actuaciones. Difícilmente podremos disfrutar de un centro de Logroño atractivo si las vías de acceso hasta ese punto sólo generan atascos y embotellamientos. De mala manera podremos justificar mejoras en cualquier punto de la ciudad; mientras exista una zona que no cuenta con los servicios básicos. Y ese es el caso de avenida de Burgos.

El proyecto que vamos a acometer pretende resolver todos los problemas que antes detallaba y, al tiempo, permitirá transformar una carretera comarcal en calle de hecho y de derecho de la ciudad.

En ese sentido, la acera norte se convertirá en el bulevar de mayor longitud de la ciudad. La solución técnica que hemos aprobado crea una acera de una anchura aproximada de 7 metros de longitud, que contará con una doble hilera de árboles y dos tipos de pavimentos y una doble hilera de árboles. La acera sur contará con arbolado y una anchura de 4,50 metros.

Avenida de Burgos contará con dos carriles por sentido separados por una mediana de dos metros de ancho. Además, con el fin de mejorar la seguridad de peatones y conductores se creará tres nuevas rotondas, en la intersección con las calles Portillejo, Pradoviejo y Manresa, que estarán acompañadas de pasos de peatones elevados.

En términos generales, el proyecto resuelve los problemas de estrechez de la calzada y de las aceras, así como la inexistencia de éstas en la mayor parte del trazado; la carencia total de servicio y mobiliario urbano; la escasez de alumbrado público; el mal estado del pavimento, la ausencia de medianas, los peligros que generan los giros a la izquierda o el mal estado general que presenta los casi 1,8 kilómetros de longitud que constituyen avenida de Burgos.

La ejecución del proyecto permitirá saldar una cuenta pendiente con los vecinos de la zona oeste de la ciudad y, en concreto, con todos los que residen y utilizan esta vía -ahora ya calle de pleno derecho- en sus desplazamientos. Sin duda es una actuación necesaria que merece la pena desarrollar.

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