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Una liberalización engañosa

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Miguel González de LegarraNueve países de la Unión Europea han suscrito una declaración dirigida al Comisario Europeo de Agricultura en la que le solicitan que se dejen sin efecto las previsiones incluidas en la OCM del Vino que pretenden la liberalización de plantaciones de viñedo en la Unión Europea. Estos nueve países, entre los que no está España, quieren, en definitiva, que se mantengan las actuales normas que limitan el cultivo de viñas en todo el territorio de la Unión. Desconozco cuales son las razones por las que el Gobierno de España no ha suscrito esta declaración y no termino de entender que, desde el PSOE, todavía no se haya dicho ni una sola palabra sobre esta situación.

Al contrario que el PSOE, el presidente del Gobierno de La Rioja no ha podido quedarse estar callado y se apresuró a dar una rueda de prensa en la que pretendía aparecer como el único defensor de la vitivinicultura de Rioja frente al Gobierno nacional del PSOE cuando, en realidad, ambos gobiernos y ambos partidos, están manteniendo las mismas posiciones. Posiciones que, curiosamente además, coinciden también con las que están defendiendo las grandes empresas bodegueras españolas.

Durante mucho tiempo, el presidente Sanz y el Gobierno de La Rioja, han mantenido una clara oposición a la liberación de plantaciones en la Unión Europea tanto en territorios afectados por una Denominación de Origen como en los que no disponen de Denominación. Su rechazo a la liberación de plantaciones era claro, inequívoco y rotundo a todo tipo de liberación y en cualquier circunstancia. Una posición que siempre ha respaldado el Partido Riojano y que contrastaba con la posición del PSOE y del Gobierno de Zapatero que defendía, desde el inicio, el mantenimiento de la limitación de plantación únicamente a los cultivos con Denominación.

Existen infinidad de declaraciones y manifestaciones públicas del presidente Sanz, incluso en el Parlamento regional, en las que se ha mostrado claramente contrario a la liberación del derecho de plantaciones para cualquier tipo de vinos, tanto con Denominación de Origen como sin ella. Y, sin embargo ahora, la sorpresa surge cuando el presidente del Gobierno de La Rioja manifiesta, sin pudor, un cambio radical de postura para defender la limitación de la liberación de plantaciones exclusivamente al ámbito de los cultivos afectados por una Denominación de Origen y específicamente para el ámbito del Rioja, es decir, el presidente riojano cambia de opinión y pasa a defender exactamente la misma postura que siempre ha defendido el Gobierno de Zapatero.

Declaraba Pedro Sanz que a él no le importaba lo que hicieran otras comunidades autónomas y, en consecuencia, defendía con ello que la liberación de plantaciones fuera una opción voluntaria en cada territorio lo que, a nuestro juicio supondría un claro perjuicio para los intereses del Rioja además de contradecir todo lo que, hasta el momento, se ha defendido públicamente por el Gobierno de La Rioja y por nuestro Consejo Regulador. Con este cambio de postura, lo que hace el Gobierno de La Rioja es alinearse con la posición que las grandes empresas bodegueras españolas están defendiendo en el seno de la Federación Española del Vino y alejarse, por tanto, de las posiciones que defienden los propios viticultores que se supone que son a los que pretende convencer de ser su máximo defensor.

Pedro Sanz se dirige ahora al Gobierno de España para exigirle que suscriba la declaración firmada por los nueve países, es decir, exige al Gobierno de Zapatero que, en la defensa de la limitación de plantaciones, vaya más lejos de lo que el mismo Sanz está dispuesto a ir. Pedro Sanz exige a los demás que apoyen una postura radicalmente contraria a todo tipo de liberación de plantaciones cuando él mismo se declara partidario de una liberación parcial, de una liberación que no afecte a los cultivos protegidos por una denominación de origen.

Lo que me deja perplejo es la capacidad de Pedro Sanz para darse la vuelta en un ladrillo defendiendo ahora posiciones que hace solo tres años denostaba y calificaba como la mayor amenaza al sistema productivo de nuestros vinos y que sea capaz de defender, en una misma intervención, una postura y la contraria.

¿Por qué se produce ahora este cambio de postura del Gobierno de Pedro Sanz? ¿Qué es lo que ha sucedido para que ahora de pronto el PP coincida con la misma posición que defienden las grandes bodegas en el seno de la FEV?

A mi juicio, este cambio de posición, viene a coincidir con el momento en que las grandes bodegas se están haciendo con el control de las interprofesionales vitícolas como en Rioja y deciden que puede ser más rentable limitar el crecimiento dentro de las denominaciones y promover solamente las plantaciones que a ellos les interesan, tal y como han venido haciendo en los últimos años.

Resulta escandaloso el total sometimiento del Gobierno de La Rioja a los intereses de una determinada parte del sector vitícola en claro detrimento de otra parte que, encima tiene que soportar actuaciones públicas como la protagonizada por Sanz tratando de aparecer como el único defensor de los intereses vitivinícolas riojanos frente al Gobierno de España. Pero la realidad no es esa porque lo que está pasando realmente es que ambos, PP y PSOE, Gobierno regional y central, están defendiendo las mismas posiciones que, curiosamente, coinciden con los intereses de las grandes empresas bodegueras.

En el Partido Riojano seguimos manteniendo una oposición total a la liberalización de plantaciones. Seguimos apoyando el mantenimiento total de la actual situación, es decir, que siempre sea necesario un permiso de plantación, aunque entendemos que es muy poco probable que se consiga. Y como somos conscientes de la dificultad de conseguirlo, llevamos años realizando propuestas para que la viticultura riojana sufra las menores consecuencias en 2015 cuando se produzca la liberación de plantaciones.

Entendemos que una liberación parcial, aunque solo afecte a cultivos sin denominación, aumentará la superficie productiva lo que va a complicar todavía más las posibilidades de comercialización de la Denominación Rioja. Y por eso no entendemos este cambio de posición del Gobierno de La Rioja cuando sabe que cualquier incremento del número de hectáreas de viñedo, aunque sea fuera de la Denominación, va a afectar gravemente a la capacidad de comercialización de nuestros vinos.

Desde luego nos gustaría que el Gobierno de La Rioja mantuviera una posición clara y definitiva respecto a la liberación de plantaciones; que deje de cambiar de opinión en función de los intereses de las bodegas y que asuma la responsabilidad que le corresponde como Gobierno, defendiendo los intereses de TODO el sector, no solo de unos pocos

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