El candidato del PR+EV, Rubén Antoñanzas, y la doctora en Humanidades Isabel Lizarbe analizan las “amenazas” que plantea la construcción de este edificio
“El volumen y la altura en determinadas perspectivas anulan la visión de dos BICs: las iglesias de Palacio y San Bartolomé”
“La posible afectación al Camino de Santiago puede llevar a la UNESCO a intervenir en nuestro tramo”
“Los logroñeses nos arriesgamos a un daño patrimonial irreparable y a tener que pagar una fuerte indemnización a la empresa”
El candidato al Ayuntamiento de Logroño por la coalición Partido Riojano+España Vaciada, Rubén Antoñanzas, ha analizado esta mañana en rueda de prensa el posible riesgo que la construcción de la sede de Bosonit en el Casco Antiguo puede tener sobre el patrimonio de la ciudad. Un temor respaldado por “un clamor de voces autorizadas en protección del patrimonio que debemos escuchar”.
Así se ha expresado también Isabel Ilzarbe, doctora en Humanidades y especialista en la materia, que ha comparecido con Antoñanzas y detallado las normas contra las que el proyecto podría estar incurriendo y el consiguiente impacto que conllevaría para nuestro patrimonio.
Es una alerta lanzada desde hace meses por agentes locales como el Colegio de Arquitectos, el Instituto de Estudios Riojanos, el Servicio de Patrimonio del Gobierno de La Rioja o la Diócesis; a los que se han ido sumando instituciones tan prestigiosas como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando e Icomos, consultora asesora de la Unesco. Determinante ha sido también el duro informe emitido desde el seno del Ayuntamiento de Logroño por parte del director general de Arquitectura.
Como ha señalado Antoñanzas, “no hemos estado de acuerdo ante el posible riesgo patrimonial que implica la actuación y con la forma en que se ha tramitado. Lo he dicho desde el principio, aunque a los que votamos en contra se nos ha intentado acallar con planteamientos simplistas y maniqueos con los que han pretendido echar tierra a un debate mucho más profundo y determinante como es la obligación que tenemos de preservar nuestro patrimonio”.
Por esta razón, el Partido Riojano votó en contra de la Modificación Puntual del Plan General en este ámbito, “pero, además, alertamos sobre la tramitación que se ha seguido. Así, nos sumamos a la petición del más alto funcionario de la Casa en esta materia, el director general de Arquitectura, que ha pedido que se encargue un informe a la Asesoría Jurídica y a la Secretaría General municipales ante posibles defectos de forma en los que se podría haber incurrido”.
Un entorno protegido
La tecnológica Bosonit ha elegido para construir su sede una parcela en Marqués de San Nicolás, una zona en pleno Casco Antiguo, declarado Conjunto Histórico de Interés Nacional en 1972, y prácticamente anexa a la iglesia de Santa María de Palacio, Bien de Interés Cultural desde 1943.
Como ha señalado Isabel Ilzarbe, también miembro de la candidatura Partido Riojano+España Vaciada, el proyecto puede entrar en conflicto con las leyes de Protección del Patrimonio Cultural estatal (1985) y autonómica (2004). Entre los aspectos conflictivos se encuentra el volumen del edificio, “que desdibuja el parcelario original del solar” y su altura “que alcanza casi el doble que las de los edificios colindantes”.
“Sobre plano es más bajo que la aguja de Palacio, pero otras perspectivas ocultan la vista de este Bien de Interés Cultural y las de otro BIC como es desde 1866 la iglesia de San Bartolomé. La visión de un bien es parte de él y por tanto en un Bien de Interés interviene como un elemento importantísimo que hay que proteger”.
La proximidad a Santa María de Palacio es una circunstancia preocupante para Ilzarbe, ante el temor de que no se haya tenido en cuenta que la nueva construcción puede tener impacto en la llamada “zona de amortiguación” que en un BIC tiene especial consideración a fin de salvaguardar su integridad.
Desde la coalición Partido Riojano-España Vaciada se considera que en torno a esta actuación hay muchas incógnitas, también sobre los trabajos ya realizados. En concreto la demolición del edificio que ocupaba el solar podría haber afectado al lagar y calado que existían bajo tierra con valor arqueológico y cuyo estado se desconoce.
Con todo, la mayor preocupación de los expertos es la proximidad a la “zona de amortiguación” del trazado del Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad desde 1993. En este sentido, Ilzarbe ha hecho hincapié sobre un incumplimiento por parte del Ayuntamiento de Logroño que estaba obligado a informar a la UNESCO de esta intervención. La falta de esta comunicación es una de las razones por la que desde su consultora Icomos se considera necesaria la Evaluación de Impacto Patrimonial antes de seguir avanzando.
Como ha recordado esta doctora en Humanidades, los caminos de Santiago se dividen en segmentos más pequeños para una mejor gestión por lo que la UNESCO puede perfectamente intervenir en nuestro tramo ante una posible agresión. En este sentido hay que recordar la paralización hace unos años de la instalación de unas nuevas puertas en la Catedral de Burgos por considerarlas no adecuadas a los valores del monumento.
Riesgo patrimonial y económico
Tras las explicaciones de Ilzarbe, Antoñanzas ha insistido en que el Ayuntamiento debe escuchar estas opiniones acreditadas antes de seguir avanzando. En estos momentos, el proyecto se encuentra pendiente de contestación de las alegaciones, trámite previo a la concesión de la licencia municipal.
“La impresión es que desde el Ayuntamiento ha habido una exigencia cero frente a los intereses de los promotores, no cumpliendo así con la obligación que tienen de velar por los Bienes de Interés Cultural. Han querido llevar el debate público hacia otros conceptos como maniobras de distracción para que se ignore el grave riesgo patrimonial que representa”.
“Pero ésta -ha añadido Antoñanzas- es una actuación muy peligrosa que puede generarnos serios perjuicios. Hablamos de pérdidas patrimoniales irrecuperables que ya se hubieran podido producir, como en el caso del calado y el lagar del edificio derruido, además de nuevas que aún estaríamos a punto de frenar. Sin embargo, si empiezan las obras perderemos toda capacidad de supervisión y será un punto de no retorno. Además, hay que advertir también a los logroñeses del riesgo cierto de que en caso de tener que paralizar el proyecto sería el Ayuntamiento el que debería pagar una indemnización muy cuantiosa a los promotores”.
Por esa razón, desde la coalición PR+E se pide no conceder la licencia de obras hasta que se aclaren las desconfianzas que han planteado los expertos, hasta que no se cuente con el informe sugerido por Icomos, y el Ayuntamiento no tenga el respaldo de su Asesoría Jurídica y Secretaría General de que los trámites han sido y están siendo los adecuados. “Es un cambio de modelo y debemos analizarlo en profundidad entre todos y con todos los informes sobre la mesa”.
En este sentido, Antoñanzas ha recordado que la parcela en la que se quiere construir el edificio de Bosonit estaba inicialmente destinada para vivienda, con un porcentaje de vivienda social. “Un modelo que nos gusta más porque lo que debemos hacer es atraer familias a vivir aquí, gente joven con niños y niñas que revitalicen los barrios. No nos parece adecuado destinar ese espacio a una empresa privada, con horario de 8 a 3 en el que la gente no arraiga, que puede ubicarse en cualquier otra zona de la ciudad en la que no existen las limitaciones del Casco Antiguo. Querer solo esta parcela para este proyecto es un capricho que podemos pagar muy caro”.