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Las trampas de los viticultores

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No. Hoy no voy a hablar de las “trampas” económicas en las que, como la mayoría de los ciudadanos, los viticultores riojanos también están metidos. Hoy quiero hablar de lo “tramposos e irresponsables” que son los viticultores riojanos. Eso es al menos lo que piensa el presidente de La Rioja si atendemos a las declaraciones publicadas el 24 de diciembre pasado en Diario La Rioja en las que, Pedro Sanz, tenía la desfachatez de acusar de irresponsable y tramposo al sector productor, -viticultores y cooperativas-, haciéndoles responsables de la actual situación de crisis que sufre la vitivinicultura riojana.

Como ya nos tiene acostumbrados, convencido de su infalibilidad presidencial incapaz de reconocer sus fracasos, considera que nunca se equivoca, que los errores son de los demás, y los aciertos, siempre suyos. Pero la opinión pública riojana, y muy especialmente los viticultores, empiezan a darse cuenta de los perniciosos efectos de la política del Gobierno del PP y de su responsabilidad en la crisis que vive el sector, una crisis que no tiene su origen en la situación económica sino, precisamente, en muchas decisiones irresponsables, adoptadas e impuestas por el Gobierno de Pedro Sanz y Javier Erro en los últimos quince años.

 

O acaso, ¿no es irresponsable ampliar irracional, indiscriminada y clientelarmente la masa vitícola riojana? ¿No es irresponsable impedir la creación de organismos que mejoren la transparencia del mercado vitivinícola? ¿No es irresponsable impedir la ayuda a la comercialización directa de cooperativas y pequeñas bodegas? ¿No es un alarde de irresponsabilidad escandaloso desatender la prospectiva del sector vitivinícola frente a los condicionantes de la nueva OCM del vino? ¿No es irresponsable el “juego de trileros” que, desde hace años, se trae el Gobierno con “Valles de Sadacia”?

Todavía fue más lejos Pedro Sanz cuando afirmaba con rotundidad que la culpa de que en La Rioja no haya todavía más viñas, más masa vegetal y más producción es de “la comodidad y el conformismo en el que están los que producen”, o sea, que ahora encima, además de tramposos e irresponsables, los viticultores riojanos son unos vagos. ¡Manda güevos! (que diría Trillo). Claro, ahora me explico por qué cada año quedan más uvas en las viñas sin recoger: ¡Es que a los vagos no les gusta currar y la vendimia es muy dura! Será por eso o ¿no será más bien porque algún Gobierno irresponsable ha desarrollado una política de crecimiento vegetal irracional que ha terminado poniendo a los viticultores a los pies de los grandes intereses bodegueros (foráneos casi siempre), que imponen precios ruinosos y condiciones abusivas a quienes, todos los días, se rompen el lomo en la viña? ¿No fue acaso Pedro Sanz quien prometió en su programa electoral de 2007, otras 20.000 nuevas hectáreas de viñedo? ¿Se han vuelto vagos de pronto o solo era un engaño electoral?

Y aún tiene la cara, el presidente del PP, de declarar que “nuestra grandeza como denominación es la apuesta por la calidad, el contraste y la diferenciación” Y me imagino que, para conseguir esa diferenciación, es por lo que su Gobierno ha autorizado la plantación de variedades foráneas que van a despersonalizar nuestros vinos pero que van a dejar grandes beneficios a todas esas bodegas que también tienen sus intereses en las denominaciones que ahora se pretenden imitar desde Rioja. Será por eso que su Gobierno ha impedido las ayudas a la plantación de variedades diferenciales riojanas, o por lo que ha decidido obstaculizar el desarrollo de nuevas posibilidades productivas y comerciales para la vitivinicultura riojana.

Es clamorosa la irresponsabilidad y la mala intención del presidente Pedro Sanz al hacer acusaciones sectarias contra el sector productor. No deja de ser curiosamente llamativo que, en todas sus declaraciones, no haga ni una sola referencia al sector comercializador. No sorprende, sin embargo, que sea incapaz de aportar ni una sola propuesta de solución viable al problema que él mismo y su Gobierno han creado y se permita el lujo de criticar y despreciar las propuestas de los demás.

Hoy es evidente que la producción natural del viñedo, sin forzamiento, con la calidad necesaria y suficiente para las exigencias cualitativas de la Denominación, es mayor que la protegida por su Reglamento, salvo en categorías muy determinadas. Frente a ello la solución que defiende el Gobierno del PP consiste en que los “irresponsables y tramposos viticultores”, produzcan anualmente solo aquellas uvas que necesiten las bodegas, a los ruinosos precios que ellas impongan y que el resto, se destruya.

La disculpa de la defensa de la calidad se utiliza para apoyar una producción artificialmente restringida para que solo algunos se aprovechen de la gestión de la escasez.

Si esto es lo único que puede ofrecer el Gobierno del PP en la actual situación de crisis estructural y no solo económica que vive el sector del Rioja, se entiende la sensación creciente en el sector vitivinícola riojano de que necesitamos cambiar a quienes son responsables únicos de la irresponsabilidad de sus decisiones durante los últimos quince años

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